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El mirón pasmado - Be a photojournalist

La pregunta común y recurrente entre muchos fotógrafos amateur es cómo dar el paso para llegar al escalón profesional de la fotografía de prensa. Puestos a esta disquisición, acceder a la fotografía de bodas y eventos (las tres Bes de la fotografía general) no suele ser la meta que tiene en la mente el fotógrafo novel. Por el contrario, el imaginario foto-colectivo se aproxima más a la figura intrépida del fotoreportero que a la de cualquier otro profesional de la fotografía.

La imagen de Capa, Hetherington, Gervasio Sánchez, Seymour y tantos otros puebla la mente de quienes han soñado o sueñan con tener la posibilidad de contar la realidad desde el prisma (en esencia el penta prisma) de una cámara fotográfica.

Es difícil poder solventar la duda de un joven que desea saber de qué modo convertirse en un fotoperiodista. No abundan las páginas web y los blogs en los que se debate este tema (http://www.digital-photography-school.com/discover-how-to-become-a-photojournalist, http://www.digital-photography-school.com/shooting-like-a-photojournalist-part-2; http://www.photojournalism.co.uk/; http://photojournalismlinks.com/; http://www.obtura.org/; http://www.guardian.co.uk/media/2011/jun/18/war-photographers-special-report) incluso en otra ocasión nosotros mismos meditamos "en público" a este respecto (http://www.nikonistas.com/digital/notices/fotoperiodismo_3192.php), pero el paso de los años ha demostrado que sigue abierto el interrogante. ¿De qué modo empiezo en todo este negocio de la fotografía de prensa?

La fotografía de prensa está ligada al hecho documental. En definitiva, si se rasca mucho en las intenciones iniciales del postulante a foto periodista, el deseo más ferviente es el de tener la oportunidad de narrar, en imágenes, una serie de sucesos que, de un modo u otro, han impresionado -de forma previa- la mente del fotógrafo.

El hecho documental está ligado a una meditación precisa sobre el hecho noticioso mismo. Hay en ese hecho algo que inquieta al fotógrafo. Hay en esa imagen o en ese conjunto animado de imágenes algo que mueve la conciencia del portador de la cámara.

Tampoco se puede negar que hay una intención aventurera, un deseo explorador y una irreflexiva búsqueda del reconocimiento público en el hecho fotográfico asociado a la noticia. Pero en este espacio cabe preguntarse ¿qué es noticia o qué es fotográficamente noticiable?. La respuesta, como escuché una vez decir en un espacio docente al fotoperiodista Antonio Heredia, es sencilla: todo. La noticia no tiene por qué estar en el frente de una batalla en un país lejano. La noticia fotográfica puede estar, como él decía "al otro lado de la calle". Esto es algo en lo que el propio Paco Elvira incide en su magnífico blog fotográfico dentro del espacio "fotos desde mi ventana" (http://www.pacoelvira.com/search/label/Fotos%20desde%20mi%20ventana). Y en esencia es real. Un niño jugando al fútbol en un descampado de barrio puede ser una noticia tan interesante como cualquier otra, aunque tampoco puede negarse que "cazar" una imagen impactante resulta más sencillo (y peligroso) en cualquier territorio en conflicto que en la quieta certidumbre de la acera opuesta a la de nuestra calle.

¿Hay que marchar, pues, a la primera guerra que veamos en el telenoticias para alcanzar el éxtasis del fotoperiodismo?. Seguramente sí, pero con matices. Lo importante no tiene por qué estar netamente ligado a lo impactante. La esencia es la historia y por encima de todo ello, la curiosa decisión del fotógrafo, su valiente apuesta por captar y narrar con sus imágenes un hecho.

Lo más adecuado para el fotoperiodista en ciernes sería proceder a analizar con entereza y honestidad cuáles son las virtudes y defectos que forman parte de su carácter. La realización de una simple y reflexiva introspección acerca de su forma de enfrentarse a la realidad cotidiana debería ser suficiente.

Cuatro premisas son, no obstante, vitales:

-Proximidad

-Curiosidad

-Precisión

-Medios

La imagen fotoperiodística ha de ser, en esencia, próxima. No en vano la mayor parte de los reporteros gráficos, aún cuando posean voluminosos equipos y costosas lentes, tendrán pronta a emplear una cámara con una lente fija angular o "normal". El uso de estas lentes implica estar cerca de la acción. Aquí es donde se hace cierta (más cierta) la vieja premisa de Capa "si tu foto no es buena es que no estabas lo suficientemente cerca".

La imagen fotoperiodística ha de ser curiosa e inquisitiva. Esto implica la necesidad de obtener datos, de buscarlos, de perseguir no la noticia o la información, sino el dato que dote de sentido a la noticia. Aquí encontramos uno de los principales handicaps del fotoperiodista novel: la prevención (cuando no vergüenza) que dificulta el acercamiento a los hechos y sobre todo a sus protagonistas.

La imagen fotoperiodística ha de ser precisa en relación con la veracidad. Una imagen de prensa, en esencia documental, debe ser honesta. Ni preparada ni inducida, simplemente veraz. No es tan sólo una cuestión de ética, sino de sentido común.

Por último, el fotoperiodista en ciernes ha de contar con unos medios mínimos. Estos medios se dividirán entre inmovilizado (fundamentalmente equipos) y activos (evidentemente cash....dinerito fresco). En cuanto a los equipos, un buen comienzo -huyendo del complejo de no ser capaz de contar con un equipo muy sofisticado- será contar con al menos un cuerpo semiprofesional y un par de lentes de calidad. Una buena elección es una cámara que no sea Fullframe y que permita, en los inicios, multiplicar la efectividad de algunas lentes. En cuanto a las ópticas, es imprescindible una lente fica de focal angular o media. Un 50 mm muy luminoso (1.4 -1.8) no debe desestimarse. El problema de las lentes zoom puede limitarse si nos ceñimos a las gamas más altas, de menos amplitud (17-50 mm por ejemplo) y también luminosas (2-2.8). Por supuesto, una inversión interesante sería optar por un zoom potente como el 70-200 y buena luminosidad (2.8) pero esta elección no deberia quitarle el sueño al novel pues entraña dos grandes riesgos. Por un lado su elevado coste (a veces más incluso que el cuerpo de la cámara) y por otro, no menos importante, el hecho de que una lente larga favorece que el fotógrafo se distancia de la escena, lo que podría ser empleado en exceso para evitar enfrentarse a la primera premisa (proximidad) y por tanto acercarse a donde realmente está la noticia.

En cuanto a los inicios, no es un consejo muy loable ni inteligente animar al fotoperiodista en ciernes a que coja el primer avión que le deposite en el frente de un conflicto. Allí la desesperanza y la realidad pueden ser el antídoto inesperado de la pasión fotográfica. Un buen consejo sería invitar al fotoperiodista novel a que simule situaciones complejas en el espacio inmediato. Por ejemplo, que se centre en cubrir un reportaje sobre la pobreza en su ciudad, o que viaje a una ciudad próxima a cubrir -por propia iniciativa- una carrera solidaria o incluso una manifestación pública. Una vez superada la primera impresión, el fotoperiodista novel podría trasladarse a cubrir algún evento similar en un país próximo; todo ello tratando de organizar el viaje de antemano, organizando la logística de la estancia, creando una pequeña red de contactos con los que poder contar en caso de necesidad y de los que obtener información.

Sólo después de tener algunas tablas en estas lides, el fotoperiodista en ciernes debería plantearse ampliar su radio de acción, quizás haciendo coincidir un viaje de vacaciones a un país más "exótico" con él desarrollo de algún acto público de importancia.

Otro tema que preocupa a los fotoperiodistas noveles es la consecución de las credenciales periodísticas. Se ha extendido la creencia de que si no hay un medio que acredite al fotógrafo no será posible trabajar. Esto es, en esencia falso. Si se trata de acceder a un concierto o a algún evento de forma gratuita, o incluso si se trata de franquear con cierta tranquilidad un control policial en una manifestación, es cierto que una credencial de prensa (de un medio o como freelance) ayudará mucho, aunque al final dependerá de la propia autoridad el que se nos garatice el acceso o no. Hay muchas asociaciones profesionales que facilitan, como parte de su cuota de sindicación, una credencial de fotógrafo freelance. Muchas de ellas han sido denostadas señalando que tienen poco o ningún valor, pero, si se medita con calma, no es dificil comprender que lo primero que debería hacer un fotógrafo que desea dedicarse de forma profesional a la fotografía es afiliarse a alguna asociación profesional (http://www.aipress.com/; http://www.nppa.org/professional_development/business_practices/press_credentials.html)

No obstante, a pesar de todo lo dicho, el fotoperiodista novel se seguirá sintiendo un bicho raro junto a los demás fotógrafos de prensa "consagrados". No es raro que surja este sentimiento, pero el fotoperiodista en ciernes, cuando vea que asoma el "maricomplejín", debería recordarse a sí mismo que todos estos fotógrafos, un día, se encontraron en una tesitura similar.

Bien, vale...no es sencillo. A uno se le llena la cabeza de preguntas...pero hay que intentarlo...échale valor, acércate y aunque no participes, trata de enterarte de qué se mueve en el mundillo. Este será un primer magnífico paso para sentirse un fotoperiodista. Recuerda que nadie te considerará jamás lo que tú mismo no te consideres.


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