Dios aprieta y la administración ahoga: muerte de la Escuela Pública
La Administración ha demostrado no ser Dios. Esto era algo ya sabido, pero desde hace un par de años hay pruebas fehacientes de ello. Se dice que Dios aprieta, pero no ahoga y es en este extremo en el que encontramos la más grande diferencia entre Dios y la Administración; esta última aprieta y ahoga. Son múltiples las empresas cooperativas que se han visto obligadas a echar el cierre debido a la insoportable carga de la deuda contraída por la Administración con ellas. Todos